Por
Evelyn del Busto
Wilhelm
Médica y cirujana
Marie Curie nació el 7 de noviembre de
1867 en Varsovia, Polonia. En 1891 se traslada a París y empieza sus estudios de física en la Sorbona. Mostrando
interés por la radiación propuesta por Becquerel se puso a trabajar en ello
junto a su esposo Pierre, y en 1898 anuncian el
descubrimiento de dos nuevos elementos: el polonio (en honor de su país de nacimiento) y
el radio. Para lo cual, en 1903 les conceden el Premio Nobel de
Física por el descubrimiento
de éstos elementos radiactivos, que compartieron con Becquerel. En 1911, Marie Curie es
otorgada de un Nobel de Química, por sus investigaciones sobre el radio y sus compuestos. (1)
Desde
el conocimiento que obtuve de la biografía de Marie Curie, puedo afirmar mi
admiración hacia la misma. Partiendo de una vida difícil por la muerte de su
hermana y de su madre, Marie Curie se refugia en los estudios y desde una corta
edad es destacada en la física. A lo largo de su vida, se caracterizó por ser
una mujer completamente comprometida con su ciencia, quien superó la pobreza
como impedimento para poder llevar a cabo sus investigaciones, en una época cuyo escenario científico no incluía a las
mujeres. Luchó contra muchos enemigos
dentro de la comunidad científica de sexo masculino que menospreciaban su
trabajo y afirmaban que sus primeros éxitos fueron posibles gracias a Pierre
Curie, su esposo. Es por ello que me siento atraída por su vida y la considero
un ejemplo de perseverancia, firmeza y dedicación para poder llevar a cabo un
proyecto de investigación científica.
“Soy de las que piensan que la ciencia tiene
una gran belleza. Un científico en su laboratorio no es sólo un técnico: es también
un niño colocado ante fenómenos naturales que le impresionan como un cuento de
hadas.”
“ La vida no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero ... ¡qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo.”
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