Por
Luis Alfredo Navas Contreras
Médico y cirujano
En
Guatemala mientras el semáforo marca el color rojo, hay múltiples personajes
desde algunos que con sus gracias y talentos nos entretienen hasta ancianos,
niños y/o minusválidos quienes se mezclan en las líneas de los vehículos los 35
segundos que suele tardar en ponerse nuevamente el color verde e iniciar la
marcha hacia nuestros destinos.
El
asunto es: ¿Que sucede cuando un personaje de estos se acerca a nuestra ventana
y humildemente reclama “una choca” por el talento que acaba de mostrar o como
limosna?.
Es acá
cuando en compañía de otra persona inician las típicas discusiones sobre si
tengo o no que darle algún tipo de remuneración económica por lo que el
personaje acaba de realizar. Entonces justo me pasaba la semana pasada cuando
en compañía de otro pasajero nos detuvimos en un semáforo, al momento que el
personaje se acercó fue tan sencillo no bajar la ventanilla y únicamente
ignorarlo, es aquí donde surgió una discusión con fundamentos validos para cada
uno de los pasajeros del carro.
Mientras
el argumento de un pasajero era que no había que darle nada, sencillamente por
que el personaje decidió ese estilo de vida, hay personas que no tiene trabajo,
educación o algún tipo de discapacidad física, pero buscan los medios para
salir adelante y poder por sus propios medios iniciar a cursar una carrera
educativa, buscar un empleo y poco a poco poder salir adelante mientras
estudian y trabajan, hay muchas personas que lo pueden demostrar, comentaba.
Así
mismo, el otro pasajero comentaba que dicho personaje ya había iniciado el
cambio, había salido de su casa, a buscar una forma de ganarse la vida aun si
se trata de personas del área rural, niños enviados por los padres, ancianos
sin ningún tipo de pensión, minusválidos o personas que no han culminado sus
estudios primarios, entonces él mientras tanto se esta ganando el dinero que
necesita para poder subsistir fuera de casa, para comprar medicamentos o en
otras instancias iniciar una carrera educativa con lo poco recaudado cada 35
segundos.
Muchas
de estas personas son del interior de la república, a quienes les “pintan” la ciudad
capital como un lugar lleno de oportunidades, en donde el trabajo esta a la
vuelta de la esquina y en donde únicamente es peligroso porque hay muchos
ladrones, sin embargo si analizamos esta situación la mayoría de personas que
ingresan a la ciudad capital desde el interior de la república vienen con el
afán y el sueño de poder conseguir un empleo mejor remunerado el cual les brinde
mejor calidad de vida.
Así es
como inicia la odisea y el trabajo poco a poco es más difícil de conseguir,
entonces es una disyuntiva muy importante, trabajo en un semáforo, o soy
ladrón, obviamente la decisión viene incluida en la moral y ética que se haya
inculcado al personaje y al nivel de necesidad que este tenga, mientras en un
trabajo su primera paga puede ser en un mes, siendo ladrón es inmediata la
paga.
Entonces
es únicamente de crear conciencia, y ver ambos lados de la moneda, analizar y ver
mas allá de un simple acto de malabarismo o de equilibrio, de un le limpio el
vidrio, le vendo un chicle, me regala una moneda o le muestro una receta médica
de años anteriores, las cosas nunca son lo que parecen.
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