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viernes, 20 de febrero de 2015

Charles Darwin

Por
Hugo Estrada Armas
Médico y cirujano

Aunque tengo admiración por muchos científicos, hay uno que en especial ha llamado mi atención desde hace ya algunos años.  Esta admiración surgió a raíz de la lectura de uno de los tomos de la Enciclopedia Life que tenía el título de “La Evolución”.  Esta enciclopedia fue publicada por el año de 1970.  Después de la lectura de esta obra, pude apreciar el carácter de un científico, que en contra de muchas opiniones y posturas religiosas, presentó sus conclusiones acerca de las observaciones realizadas durante su viaje con la embarcación de nombre “Eagle”.
Explorando un poco más sobre la vida de Charles Darwin, nos podemos dar cuenta que él era un hombre que creía en que el ser humano había sido creado por Dios. Esta teoría creacionista era la que predominaba alla por los años de 1831, fecha en la que partió a bordo del Eagle a una travesía por América del Sur, y que duró cinco años. 
Charles Darwin no estudió en ninguna universidad la biología, la botánica y la anatomía animal. Él era graduado en Artes.  No cabe duda que la autoridad paterna hizo que no se dedicara a lo que realmente amaba.  Sin embargo, supo mantener una actitud autodidactica, y base de un estudio personal profundo, fue adquiriendo una serie de conocimientos sobre las ciencias naturales, que le valieron ser invitado para formar parte de la tripulación del viaje antes mencionado, en el que trabajo como  naturalista.
Realmente es un ejemplo de tenacidad, entrega y disciplina personal.  Durante todo su viaje se dedicó a sus labores.  Realizó expediciones hacia tierra firme por casi todos los puertos de la América del Sur, tanto del lado del Atlántico como del Pacífico.  Pero su trabajo principal lo realizó en la Isla de Galápagos, en el Ecuador. Tomando muestras de plantas, insectos, restos fósiles, entre otros, fue descubriendo en base a una sistemática observación los elementos que hicieron posible que posteriormente escribiera su gran obra “El origen de las especies”.  Fue despojándose poco a poco de sus propias convicciones religiosas, para dejarse llevar por las evidencias que iba encontrando y recolectando.  Es decir, fue capaz de transformar su visión del mundo en base a los nuevos conocimientos que iba generando. 
Darwin siempre tuvo una actitud científica. Sus métodos de observación y experimentación le fueron llevando hacia la construcción de una teoría que le traería muchas complicaciones, sobre todo en el ámbito religioso, al contradecir la teoría creacionista por una teoría evolucionista, generando una guerra entre la ciencia y la religión, que aún en nuestros días sigue vigente.
Pero sobre todo, como dicen sus biógrafos, fue un hombre sencillo, sin arrogancias, que prefirió vivir alejado de las multitudes, para dedicarse a muchos estudios, ya que no solo escribió sobre evolución, sino que también fue un estudioso de la conducta animal, a la cual dedicó mucho tiempo.
Podríamos decir que Darwin generó una revolución científica, al transformar el paradigma teocentrista para pasar a un paradigma antropocentrista.  Afirmar que también el hombre había evolucionado a través del tiempo, y que su aparición no había sido instantánea, fue el gran aporte que dio  la humanidad.  Es una tesis que sigue estudiándose, y considero que por mucho tiempo más.  Sin embargo, opino que hoy por hoy, no habrá una persona seria y estudiosa, que pueda contradecir a este científico inglés.
He aquí las razones por las cuales admiro a Sir Charles Darwin.  Su aporte fue un paso importante en la comprensión de nuestra naturaleza humana.



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