Por
María Cecilia Lemus
Médica y cirujana
En
la actualidad el embarazo en adolescentes es un tema al cual se le ha prestado
mucho cuidado dado los efectos que éste genera en la sociedad. Un embarazo en
adolescentes es aquel que se da entre las edades de 10 a 19 años según la
Organización Mundial para la Salud (OMS), y se considera un problema de salud
pública a nivel nacional.
Se han realizado numerosos
estudios sobre los factores de riesgo para un embarazo de esta categoría, entre
estos encontramos la pobreza, baja
escolaridad, ser de raza indígena, inicio temprano de una vida sexual activa, violación
sexual, entre otros. Así mismo, se han realizado diversos estudios en los
cuales se documentan los efectos que éstos embarazos producen en nuestra
sociedad siendo estos el alza de muerte materna, abortos, niños con bajo peso,
más pobreza, familias no unidas, la deserción escolar por parte de los padres
adolescentes, entre otros. Tanto factores de riesgo como consecuencias o
efectos del mismo constituyen un círculo vicioso en el que actualmente está
sumergida nuestra sociedad. En nuestro país se han lanzado campañas como
Protégeme del embarazo (2013), que están dirigidas básicamente a los
adolescentes, haciendo énfasis en la educación sexual y prevención del
embarazo.
La educación de toda persona
que vive en sociedad inicia en el hogar, por lo que los padres de familia son y
deberían ser los primeros responsables en la educación de sus hijos. Sin
embargo, en muchos casos esta responsabilidad es delegada a maestros y personal
de salud, en el mejor de los casos, la educación sexual. Es ahí en donde
empieza a fallar el sistema de prevención de embarazos en adolescentes, ya que
los padres de familia generalmente no están enterados y muchas veces no están
interesados en atender las dudas que tienen sus hijos, ya sea por tratarse de
un tema tabú en nuestra sociedad o, incluso porque ellos mismos carecen de la
educación sexual adecuada. Al no estar ese lazo de comunicación entre padres de
familia con hijos, éstos son más lábiles a cometer errores, a ser engañados
incluso.
Por lo anterior expuesto es
prudente que los padres de familia se involucren más en la educación integral
de los hijos. Es de vital importancia que a nivel nacional se implementen
campañas dirigidas no sólo a los adolescentes, sino que también a los padres de
familia sobre la prevención de los embarazos en adolescentes, haciendo hincapié
en la educación sexual. Es necesario en los padres de familia hacer conciencia
o recordarles de su responsabilidad sobre sus hijos, para poder de esa manera
romper con el círculo vicioso en el que actualmente vivimos y poder generar más
oportunidades para todos como sociedad. Los padres de familia con una educación
sexual adecuada o básica podrían y deberían ser la primera interacción que los
hijos tengan con respecto a ese tema, siendo los maestros lo que den una
información media y el personal de salud, los encargados de brindar información
más especializada, con un enfoque más preventivo y no curativo.
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