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miércoles, 4 de febrero de 2015

El Médico y la Política



 Por
David Fernando Alvarado Molina
Médico y Cirujano


El rol del médico en la historia de nuestro país siempre ha llevado una insignia importante en la toma de decisiones en todos los ámbitos sociales, yendo desde lo privado a lo público, desde altos puestos gubernamentales hasta los modestos pero siempre importantes puestos de salud de las comunidades alejadas de la polución metropolitana.
Hay una serie de reconocidos médicos que han desempañado cargos importantes e influentes en la política del país, como lo es el rector magnífico Dr. Carlos Martínez Duran, siendo el primer rector electo democráticamente como resultado de la revolución del 44. Fiel defensor a la Autonomía Universitaria, apostando por el desarrollo del profesional con un espíritu humanista, méritos que lo llevan a un segundo periodo de rector en la nueva era de la Universidad.
Su trascendencia profesional y transparencia en cargos, lo conduce a puestos estatales, ejerciendo como Ministro de Educación Pública, donde se construyen un gran número de escuelas públicas. Su interés por desarrollo profesional y la integración a Latinoamérica lo lleva a promover, fundar y ejercer como primer presidente de Unión de Universidades  de América Latina UDUAL.  
En la actualidad una serie de colegas han desempañado importantes puestos de Estado y otras entidades a nivel nacional e internacional.
Como los hay muy buenos también los hay muy malos, y uno que otro no tan malo, porque durante su gestión administrativa se destaco por complementar el trabajo iniciada en gestiones anteriores  así como su participación de los famosos desvíos millonarios o en creación de los puestos fantasmas fue ocultada con destreza.
Cabe mencionar que actualmente la política nacional está contaminada por una enfermedad crónico progresiva llamada corrupción que infecta desde la unidad más pequeña que lo podría representar un sencillo y humilde empleado público con un salario mínimo hasta el más complejo de sistema que sería todo un ministerio que devengan salarios elevados y pagos extras que los ocultan con pseudónimos “gastos de representación”, “viáticos”, “gastos de seguridad personal”-  Por lo que representa una analogía burlesca de un organismo contaminado por un cáncer, espero que no sea terminal, que contamina células y sistemas altamente funcionales provocando una devastación, con la excepción que el pequeño funcionario público, esa pequeña célula del organismo, si no participa del festín del cáncer, es despedido.
Quiero pensar que ese desprestigio que uno adquiere por participar en la política, es la causa que el gremio médico, profesional y humanamente capacitado no opte por puestos de alto impacto. O es posible que los cargos públicos que optaban médicos honestos se disiparan así como la ideología y principios adquiridos en la revolución del 44?
Espero que aun tenga la dicha de ver líderes y gobernantes honestos así como la representación de galenos que recuerden día a día nuestro Juramento Deontológico.

Consagrar mi vida al servicio de mis semejantes, velar por el individuo, la familia y la comunidad ejerciendo la profesión con responsabilidad, digna y conciencia,… Utilizar mis conocimientos para proteger la vida humana.”… 

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