Por
David Fernando Alvarado Molina
Médico
y Cirujano
El rol del médico en la
historia de nuestro país siempre ha llevado una insignia importante en la toma
de decisiones en todos los ámbitos sociales, yendo desde lo privado a lo
público, desde altos puestos gubernamentales hasta los modestos pero siempre importantes
puestos de salud de las comunidades alejadas de la polución metropolitana.
Hay una serie de
reconocidos médicos que han desempañado cargos importantes e influentes en la
política del país, como lo es el rector magnífico Dr. Carlos Martínez Duran, siendo
el primer rector electo democráticamente como resultado de la revolución del
44. Fiel defensor a la Autonomía Universitaria, apostando por el desarrollo del
profesional con un espíritu humanista, méritos que lo llevan a un segundo
periodo de rector en la nueva era de la Universidad.
Su trascendencia
profesional y transparencia en cargos, lo conduce a puestos estatales, ejerciendo
como Ministro de Educación Pública, donde se construyen un gran número de
escuelas públicas. Su interés por desarrollo profesional y la integración a
Latinoamérica lo lleva a promover, fundar y ejercer como primer presidente de
Unión de Universidades de América Latina UDUAL.
En la actualidad una serie
de colegas han desempañado importantes puestos de Estado y otras entidades a
nivel nacional e internacional.
Como los hay muy buenos
también los hay muy malos, y uno que otro no tan malo, porque durante su
gestión administrativa se destaco por complementar el trabajo iniciada en
gestiones anteriores así como su
participación de los famosos desvíos millonarios o en creación de los puestos
fantasmas fue ocultada con destreza.
Cabe mencionar que
actualmente la política nacional está contaminada por una enfermedad crónico
progresiva llamada corrupción que infecta desde la unidad más pequeña que lo
podría representar un sencillo y humilde empleado público con un salario mínimo
hasta el más complejo de sistema que sería todo un ministerio que devengan salarios
elevados y pagos extras que los ocultan con pseudónimos “gastos de
representación”, “viáticos”, “gastos de seguridad personal”- Por lo que representa una analogía burlesca de
un organismo contaminado por un cáncer, espero que no sea terminal, que contamina
células y sistemas altamente funcionales provocando una devastación, con la
excepción que el pequeño funcionario público, esa pequeña célula del organismo,
si no participa del festín del cáncer, es despedido.
Quiero pensar que ese
desprestigio que uno adquiere por participar en la política, es la causa que el
gremio médico, profesional y humanamente capacitado no opte por puestos de alto
impacto. O es posible que los cargos públicos que optaban médicos honestos se
disiparan así como la ideología y principios adquiridos en la revolución del
44?
Espero que aun tenga la
dicha de ver líderes y gobernantes honestos así como la representación de
galenos que recuerden día a día nuestro Juramento Deontológico.
“Consagrar mi vida al servicio de mis semejantes, velar por el
individuo, la familia y la comunidad ejerciendo la profesión con
responsabilidad, digna y conciencia,… Utilizar mis conocimientos para proteger
la vida humana.”…
No hay comentarios:
Publicar un comentario