Por
Juan Eduardo García Arriola
Médico y cirujano
Muchas veces hemos escuchado los términos “abuso de medicamentos” o “abuso de drogas”, con lo que inmediatamente
pensamos en una persona polimedicada, generalmente automedicada o que está
siendo asistida por varios médicos a la vez, quienes muchas veces prescriben
sin pensar que otro colega está haciéndolo simultáneamente. Un medicamento se define como un agente capaz
de inducir cambios fisiológicos en el organismo, pero que muchas veces puede
causar efectos secundarios, que alteran
nuestro bienestar.
En la actualidad, pueden clasificarse dos
tendencias que van a los extremos en el consumo de medicamentos, los farmacofílicos y los farmacofóbicos. Los primeros con riesgo de padecer de adicciones o
usarlos de forma indiscriminada y los segundos que prefieren evitar su uso. Se
reconocen dos formas de dependencia en el uso de medicamentos y drogas, la psíquica
y la física. La primera es un deseo que poco a poco se convierte en necesidad de
consumir un medicamento o droga, con el propósito de obtener bienestar anímico y
poder realizar sus actividades cotidianas. Sucede principalmente en individuos que
no han desarrollado el síndrome de abstinencia
a los que no les resultaría muy difícil suspender su uso. La
segunda forma de dependencia, presenta alteraciones fisiológicas como
consecuencia del uso prolongado del medicamento. Aquí existe una necesidad
imperiosa de consumir substancias, no para elevar el estado de ánimo, sino para
lograr un funcionamiento “normal” del organismo.
La dependencia es el resultado de la interacción
de diversos mecanismos fisiológicos que se alteran con el efecto de los medicamentos.
Muchas veces la curiosidad o la numerosa publicidad engañosa pueden llevarnos a consumir
substancias que actúan como reforzadores positivos que asociados a estímulos
cognitivos favorezcan su uso de manera indefinida. Las drogas lícitas de mayor
consumo en nuestro país son el alcohol y los cigarrillos, La mayoría de
comerciales hacen que veamos a los anunciantes como individuos de éxito, felices
y glamurosos que de manera cotidiana consumen estos productos. Al existir un
estímulo repetido, hay una asociación de la recompensa y otros mecanismos relacionados
con la estimulación dopaminérgica, atribuyendo de esta manera un carácter
motivacional al consumir este tipo de substancias. Para concluir, es importante
saber que las drogas de abuso se clasifican en tres grandes grupos en base al
efecto que causa su administración, Estos son el grupo de las drogas
depresoras, estimulantes y psicodélicas. Debemos enfocarnos en la prevención del
consumo de todo tipo de substancias adictivas lícitas. Todo esto sin mencionar
las drogas ilícitas, tema del cual podríamos redactar un artículo completo.
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