Por
Edlin
Mayté Lizama Auyón
Médica
y cirujana
Alopecia areata es una condición
relativamente común y fue descrita en la antigüedad en 1766 la expresión
''alopecia areata''. Esta afecta cerca del 1% de la población con una ligera
predominancia en las mujeres. El riesgo que existe de desarrollar alopecia
areata a lo largo de la vida es de 1.7% y es más frecuente entre los 15 y 40
años; aunque la mayoría de casos se diagnostican antes de los 20 años.
El patrón característico es una
enfermedad que consiste en la pérdida del pelo en una zona localizada del
cuerpo, generalmente en áreas redondeadas y de tamaño pequeño del cuero
cabelludo o la barba. En la alopecia areata la zona de piel afectada tiene un
aspecto normal, no existe inflamación, enrojecimeinto, descamación ni otro tipo
de anomalías, lo cual la diferencia de otras alopecias.
La alopecia areata es una enfermedad
considerada de origen multifactorial, es decir existen diversos factores que
pueden influir en su aparición. Con frecuencia hay antecedentes familiares por
lo que se considera que existe algún tipo de predisposición genética. También
influyen factores de origen psíquico como la ansiedad o estrés.
En la evolución de la enfermedad no
tiene consecuencias graves salvo desde el punto de vista psicológico, que puede
afectar a las personas que la padecen y tener traumas psicológicos, por la
forma en que lucen debido a las pérdidas
sectoriales de pelo en cabeza, barba etc.
El pronóstico de la enfermedad es
variable y poco predecible. La remisión espontánea se puede esperar en 34 a 50%
de los pacientes en el plazo de un año. Sin embargo casi todos experimentan más
de un episodio. Por el contrario quienes han tenido pérdida del cabello
persistente o con remisiones breves o incompletas, tienen mal pronóstico. El
tratamiento de esta patología es impredecible ya que no existe cura para la
alopecia areata ni medicamentos aprobados para su tratamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario