Por
Rosa Sunum
Rosa Sunum
Bióloga
“En
Guatemala la contaminación de cuerpos de agua es algo del día a día”. De acuerdo con un estudio realizado por el
Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA), en el país
solamente el 10% de las aguas residuales producidas en Guatemala son tratadas,
mientras que el 90% restante es descargado a cuerpos de agua. Estos cuerpos de
agua reciben diariamente grandes descargas de aguas residuales domésticas e
industriales. El caso más conocido es el Lago de Amatitlán, conocido
actualmente como el cuerpo de agua más contaminado en Centro América. El lago
de Amatitlán llega a recibir hasta 437.5 millones de litros de aguas residuales
por día. Con más de la mitad de la
Ciudad de Guatemala situada alrededor de la cuenca de lago, la escorrentía
contaminada y el drenaje constante continúan depositándose en el lago
convirtiéndolo en un cuerpo muerto con altos índices de contaminación semejante
a un tanque de aguas residuales.
Diversas estrategias de conservación para
recuperar el lago se han formulado por parte de la Autoridad para el Manejo del
Lago de Amatitlán e investigadores de entidades académicas. Estas estrategias
se han inspirado en prácticas efectivas de restauración ecológica que incluyen
prácticas modernas de filtración, remediación, manejo y educación ambiental. Si
bien las estrategias apuntan hacia una solución a este problema ambiental, es
importante considerar que previo a implementar cualquier estrategia es
necesario determinar las causas y fuentes de contaminación.
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