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Susana
Luis Rodas
Médico
y cirujano
Especialización
en investigación científica. Escuela de postgrado de Ingeniería
El embarazo en las adolescentes comprendidas
entre los 10 y 19 años es un problema de salud pública y trae consigo un número
elevado de complicaciones para la salud de la madre y de su hij. Durante la
adolescencia el individuo adquiere la
capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la
adultez y consolida la independencia socio – económica.
Según datos de la Organización Mundial de la
Salud, aproximadamente 16 millones de niñas entre los 15 y 19 años son madres
cada año y de ellas el 95% viven en países en vías de desarrollo. En los cuales
se ha documentado que la primera relación sexual se presenta a los 9 años de
edad. Conociendo que la mayor proporción de
embarazos adolescentes en el continente americano se registra en Nicaragua,
Honduras y Guatemala, de acuerdo con datos de la Comisión Económica para
América Latina.
En la Encuesta Nacional de
Salud Materno Infantil realizada en 2008-2009 establece que Guatemala tiene 114
madres adolescentes por cada 1,000 habitantes, lo cual implica mayor riesgo de
mortalidad materna, menores oportunidades de educación y en ocasiones el
abandono de los estudios, ingreso al mercado laboral informal y el inicio de la
pobreza.
La madre adolescente puede presentar con
mayor frecuencia trastornos hipertensivos durante el embarazo, desnutrición,
anemia, parto pretérmino, lesiones durante el parto secundario a la desproporción
céfalopélvica, deserción escolar, alteraciones en los procesos familiares y
alteraciones en el desempeño del rol materno.
En cuanto al niño, el embarazo en
adolescentes predispone a un aumento de la morbimortalidad, la cual está
relacionada con bajo peso al nacer, prematuridad, aumento de la morbimortalidad
perinatal y en los primeros años de vida.
En el transcurso de este año
el Observatorio de Salud Reproductiva
reporta que se han atendido alrededor de 68 mil 500 partos de los cuales el 25
por ciento pertenece a mujeres de 10 a 19 años de edad.
La tasa alta de embarazos se asocia al inicio
de una vida sexualmente activa prematura y por mal uso o falta de uso de
métodos anticonceptivos. La Encuesta Nacional de Salud Materno-Infantil reporta
que el 65.2 por ciento de los adolescentes que tuvieron una relación antes de
los 19 años no usaron un condón. En vista
de esto es necesario impulsar programas para fomentar la información y los
servicios requeridos a los adolescentes para concientizarlos y lograr una
sexualidad responsable. Asimismo, es necesario crear centros de apoyo para las
adolescentes embarazadas, tanto desde el punto de vista médico como emocional.
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