Economía del
conocimiento
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De
la materia prima a la materia gris
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Por
León Roberto Barrios Castillo
Disertación en la premiación del certamen del ensayo científico
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1.Antecedentes
En los últimos
años diez mil años la ciencia ha transitado por sucesos importantes que
impactaron los estilos de vida, consumo, producción, modelos políticos,
económicos y sociales.
Joseph
Schumpeter, fue uno de los primeros en asociar los progresos científicos con el
ciclo económico capitalista, basado en las ondas largas de Kondratief. En su
libro “Capitalismo, socialismo y
democracia” en 1942 popularizó el termino al que denomina destrucción creativa, la que explica
como el proceso de innovación que ocurre en la economía de mercado, a la larga
destruye las viejas prácticas de negocios y empresas por nuevos productos.
Para Schumpeter,
conocido como el padre de la Economía de la Innovación, las cinco olas
tecnológicas han tenido lugar desde 1,700 hasta nuestros días. Cinco ciclos de
prosperidad económica basada en hierro, textiles energía hidráulica, vapor,
acero, ferrocarriles, electricidad,
química, motores de combustión, petroquímica, aviación, electrónica, redes, software y nuevos medios.
Para él, la innovación
es responsable de la depresión o prosperidad económica, a tal extremo que
predijo, que la desintegración sociopolítica del capitalismo sería victima de
su propio éxito. De acuerdo a su teoría, el emprendedor innovador destaca por
su perseverancia y ambición más que por su genialidad, representa el creador de
los mercados para los nuevos inventos y su proyecto personal se basa en la
creación de imperios, dinastías, marcas y productos.
Por su parte, Tomas
Kuhn, en su obra de 1962 titulada “La
estructura de las revoluciones tecnológicas” estableció que si una ciencia entra en crisis
por la incapacidad para explicar ciertos fenómenos de su incumbencia, induce a un cambio radical al que llama
revolución tecnológica, por cuanto que la comunidad científica ha dejado de
confiar en dicha ciencia. Los paradigmas por tanto para Kuhn: “constituyen realizaciones científicas
universalmente aceptadas, que durante cierto tiempo, proporcionan modelos de
problemas y soluciones a la comunidad científica”.
Peter Drucker, en
su libro “La era de la discontinuidad” publicado en 1969, destacó la necesidad de
valorar al trabajador por su contribución intelectual, por lo que debe
invertirse mas en su desarrollo académico que en su capacidad física. A éste lo
llamó Trabajador del conocimiento "
que mediante su actividad se ocupa de agregar valor al conocimiento que recibe
como insumo".
Por tal razón dicho
trabajador deberá dedicarse a aquello que constituye su fortaleza y no
desperdiciarse en esfuerzos para mejorar áreas en las que no es competente; en
virtud de lo cual, el capital deja de ser el recurso clave para sustituirlo por
el saber.
Para Carlota
Pérez las revoluciones impactan en las empresas y países: en el actual cambio
de paradigma, tales impactos está ocurriendo en reemplazo de las viejas
prácticas, ideas, organizaciones y procesos.
Por ejemplo, las
estructuras organizativas centralizadas y cerradas son reemplazadas por las descentralizadas
mediante redes abiertas, las rutinas optimas estandarizadas por la mejora
continua, el cambio se convierte en rutina y el sub salario se convierte en
inversión en el capital humano y la guía ambiental se exige como requisito para
hacer innovación.
También
identifica dos fases de adecuación de cada ola tecnológica clasificada en: primero,
la instalación del nuevo paradigma, liderada por el capital financiero en
condiciones de libre mercado; y segundo el despliegue, liderada por el capital
productivo, con una duración de entre 20 y 30 años cada una y separadas entre
si por una recesión económica.
2. Paradigma de la Economía del
conocimiento
Entonces, ¿qué
significa Economía del conocimiento? Para el Banco Mundial –BM-, consiste en la creación, adquisición, transmisión, y uso
más efectivo del conocimiento tanto por los individuos como por las comunidades
y organizaciones para la promoción del desarrollo económico y social.
En tanto que,
para la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico –OCDE-, la Economía del Conocimiento consiste
en la producción, distribución y uso del
conocimiento mediante el rápido avance de la ciencia y tecnología de
comunicación e información.
Dos aspectos se
identifican en dicha definición, por un lado la rapidez de la creación del
conocimiento y por el otro, el mejoramiento de acceso a las bases del
conocimiento, que en conjunto han precipitado eficiencia, innovación y calidad
de los bienes y servicios.
Es así como
transitamos de la mano de obra barata que produce manufactura sin mayor
especialización y basada en conocimiento vulgar, al trabajador que produce
productos intangibles, que transforma conocimiento e información para la
creación de uno más innovador.
Sin embargo tal
y cual la Economía del conocimiento no debe interpretarse de la manera
tradicional, es decir, de la forma de cómo se producen las mercancías en las
fabricas, sino lo que mente talentosa e innovadora es capaz de crear y
aprovechar del conocimiento y la información existente para la creación de plus
valor o valor agregado.
En otras
palabras, se trata de una economía que transita de la agricultura y la
industria manufacturera a la información y conocimiento, basada principalmente
en la competitividad e innovación.
3. Factores precipitantes de la
Economía del conocimiento
A la economía
del conocimiento le precedió la era de la información, ligada a los primeros
viajes espaciales y las tecnologías basadas en la información y comunicación a
lo largo del siglo XX. A partir de esta etapa el flujo de información empieza a
ocurrir más rápidamente que el movimiento físico.
Nos hemos
acostumbrado a tal extremo que apenas si reconocemos que los productos que nos
rodean provienen de la investigación, desarrollo e innovación y por ende del
nuevo conocimiento.
Las últimas tres
generaciones por ejemplo, hemos tenido la ocasión de presenciar este cambio: de
la tv en blanco y negro a la tv plana inteligente, del teléfono fijo al móvil,
de la primera computadora a la tablet y del telégrafo al correo electrónico,
solo para citar algunos.
En congruencia
al modelo político y económico así también el conocimiento científico se ha
dirigido a desarrollar los instrumentos de trabajo y la gestión del
conocimiento.
4. Indicadores de la economía del
conocimiento
De acuerdo al
Instituto del Banco Mundial, existen dos formas de hacer estas mediciones y
establecer indicadores. La primera denominada Índice de conocimiento, que mide la
capacidad de un país para generar, adoptar y difundir el conocimiento, mediante
la determinación de la Educación en recursos humanos, Sistemas de innovación e Infraestructura
de Información.
La segunda, el
Índice de Economía del Conocimiento, que mide la capacidad de un país para
utilizar el conocimiento en bienestar y desarrollo económico, al que se
añade la medición del Entorno económico
y marco institucional,
Países de
Europa, Asia y Norteamérica invierten hasta un 3% de producto interno bruto en
tales actividades, y en los últimos 50 años en EEUU se han producido beneficios
de hasta el 30% anual y ganancias en los mercados de valores del 80% en
comparación con nuestras economías agro exportadoras con rendimientos más
limitados e inestables.
Consideraciones finales
El desarrollo
del pensamiento humano solo se reproduce en ciertas condiciones, la revolución
neolítica fue posible gracias al establecimiento de los grupos nómadas en un
espacio geográfico que garantizó la agricultura, producción pecuaria e
industria textil para su sobrevivencia mediante el intercambio de destrezas,
habilidades y conocimientos. Es decir, la alimentación aunado a una mayor disponibilidad
de tiempo y socialización exponenció el poder de pensar, perfeccionar y crear,
para el desarrollo las técnicas e instrumentos de trabajo.
Las revoluciones
industriales fueron propiciadas por el desarrollo de la investigación personal,
universitaria e institucional, con apoyo de las fortunas personales, del Estado
y las corporaciones. En este periodo, la fuerza de trabajo humana y las
maquinas expandieron la producción manufacturera en serie y se estableció la
siguiente división internacional de trabajo, los países transformadores y los
proveedores de materia prima.
Sin embargo
durante la última oleada, el talento y la inteligencia se han constituido en
los motores de desarrollo de información y conocimiento, en donde las
corporaciones invierten, para lograr
réditos financieros de las innovaciones.
De acuerdo a un
estudio realizado por las Universidades de Princeton y Columbia que la pobreza disminuye
13 puntos de coeficiente intelectual para un país. Richard Lynn en su libro “Coeficiente Intelectual y riqueza de las naciones”, estableció que
dicho coeficiente es un factor importante, aunque no determinante, aunque incide
en la diferencia entre riquezas nacionales y tasas de crecimiento económico. Un
nuevo estudio noruego estableció que una mayor educación produce un mayor
coeficiente intelectual.
La experiencia entonces
nos indica que aunque las recetas difieren de país a país, la lógica del
proceso será estimular el elevamiento de calidad del ser humano: alimento,
salud y educación, para desarrollar talento, conocimiento, innovación y
riqueza. Por tanto, no hay conocimiento sin desarrollo ni crecimiento sin
conocimiento.
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