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martes, 19 de noviembre de 2013



Economía del conocimiento
De la materia prima a la materia gris
Por
León Roberto Barrios Castillo
Disertación en la premiación del certamen del ensayo científico
 


1.Antecedentes
En los últimos años diez mil años la ciencia ha transitado por sucesos importantes que impactaron los estilos de vida, consumo, producción, modelos políticos, económicos y sociales.
Joseph Schumpeter, fue uno de los primeros en asociar los progresos científicos con el ciclo económico capitalista, basado en las ondas largas de Kondratief. En su libro “Capitalismo, socialismo y democracia” en 1942 popularizó el termino al que denomina destrucción creativa, la que explica como el proceso de innovación que ocurre en la economía de mercado, a la larga destruye las viejas prácticas de negocios y empresas por nuevos productos.
Para Schumpeter, conocido como el padre de la Economía de la Innovación, las cinco olas tecnológicas han tenido lugar desde 1,700 hasta nuestros días. Cinco ciclos de prosperidad económica basada en hierro, textiles energía hidráulica, vapor, acero, ferrocarriles,  electricidad, química, motores de combustión, petroquímica, aviación, electrónica,  redes, software y nuevos medios.
Para él, la innovación es responsable de la depresión o prosperidad económica, a tal extremo que predijo, que la desintegración sociopolítica del capitalismo sería victima de su propio éxito. De acuerdo a su teoría, el emprendedor innovador destaca por su perseverancia y ambición más que por su genialidad, representa el creador de los mercados para los nuevos inventos y su proyecto personal se basa en la creación de imperios, dinastías, marcas y productos.
Por su parte, Tomas Kuhn, en su obra de 1962 titulada “La estructura de las revoluciones tecnológicas”  estableció que si una ciencia entra en crisis por la incapacidad para explicar ciertos fenómenos de su incumbencia,  induce a un cambio radical al que llama revolución tecnológica, por cuanto que la comunidad científica ha dejado de confiar en dicha ciencia. Los paradigmas por tanto para Kuhn: “constituyen realizaciones científicas universalmente aceptadas, que durante cierto tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a la comunidad científica”.
Peter Drucker, en su libro “La era de la discontinuidad” publicado en 1969, destacó la necesidad de valorar al trabajador por su contribución intelectual, por lo que debe invertirse mas en su desarrollo académico que en su capacidad física. A éste lo llamó Trabajador del conocimiento " que mediante su actividad se ocupa de agregar valor al conocimiento que recibe como insumo".
Por tal razón dicho trabajador deberá dedicarse a aquello que constituye su fortaleza y no desperdiciarse en esfuerzos para mejorar áreas en las que no es competente; en virtud de lo cual, el capital deja de ser el recurso clave para sustituirlo por el saber.
Para Carlota Pérez las revoluciones impactan en las empresas y países: en el actual cambio de paradigma, tales impactos está ocurriendo en reemplazo de las viejas prácticas, ideas, organizaciones y procesos.
Por ejemplo, las estructuras organizativas centralizadas y cerradas son reemplazadas por las descentralizadas mediante redes abiertas, las rutinas optimas estandarizadas por la mejora continua, el cambio se convierte en rutina y el sub salario se convierte en inversión en el capital humano y la guía ambiental se exige como requisito para hacer  innovación.
También identifica dos fases de adecuación de cada ola tecnológica clasificada en: primero, la instalación del nuevo paradigma, liderada por el capital financiero en condiciones de libre mercado; y segundo el despliegue, liderada por el capital productivo, con una duración de entre 20 y 30 años cada una y separadas entre si por una recesión económica.
2. Paradigma de la Economía del conocimiento
Entonces, ¿qué significa Economía del conocimiento? Para el Banco Mundial –BM-, consiste en la creación, adquisición, transmisión, y uso más efectivo del conocimiento tanto por los individuos como por las comunidades y organizaciones para la promoción del desarrollo económico y social.
En tanto que, para la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico           –OCDE-, la Economía del Conocimiento consiste en la producción, distribución y uso del conocimiento mediante el rápido avance de la ciencia y tecnología de comunicación e información.
Dos aspectos se identifican en dicha definición, por un lado la rapidez de la creación del conocimiento y por el otro, el mejoramiento de acceso a las bases del conocimiento, que en conjunto han precipitado eficiencia, innovación y calidad de los bienes y servicios.
Es así como transitamos de la mano de obra barata que produce manufactura sin mayor especialización y basada en conocimiento vulgar, al trabajador que produce productos intangibles, que transforma conocimiento e información para la creación de uno más innovador.
Sin embargo tal y cual la Economía del conocimiento no debe interpretarse de la manera tradicional, es decir, de la forma de cómo se producen las mercancías en las fabricas, sino lo que mente talentosa e innovadora es capaz de crear y aprovechar del conocimiento y la información existente para la creación de plus valor o valor agregado.
En otras palabras, se trata de una economía que transita de la agricultura y la industria manufacturera a la información y conocimiento, basada principalmente en la competitividad e innovación.
3. Factores precipitantes de la Economía del conocimiento
A la economía del conocimiento le precedió la era de la información, ligada a los primeros viajes espaciales y las tecnologías basadas en la información y comunicación a lo largo del siglo XX. A partir de esta etapa el flujo de información empieza a ocurrir más rápidamente que el movimiento físico.
Nos hemos acostumbrado a tal extremo que apenas si reconocemos que los productos que nos rodean provienen de la investigación, desarrollo e innovación y por ende del nuevo conocimiento.
Las últimas tres generaciones por ejemplo, hemos tenido la ocasión de presenciar este cambio: de la tv en blanco y negro a la tv plana inteligente, del teléfono fijo al móvil, de la primera computadora a la tablet y del telégrafo al correo electrónico, solo para citar algunos.
En congruencia al modelo político y económico así también el conocimiento científico se ha dirigido a desarrollar los instrumentos de trabajo y la gestión del conocimiento.
4. Indicadores de la economía del conocimiento
De acuerdo al Instituto del Banco Mundial, existen dos formas de hacer estas mediciones y establecer indicadores. La primera denominada Índice de conocimiento, que mide la capacidad de un país para generar, adoptar y difundir el conocimiento, mediante la determinación de la Educación en recursos humanos, Sistemas de innovación e Infraestructura de Información.
La segunda, el Índice de Economía del Conocimiento, que mide la capacidad de un país para utilizar el conocimiento en bienestar y desarrollo económico, al que se añade  la medición del Entorno económico y marco institucional,
Países de Europa, Asia y Norteamérica invierten hasta un 3% de producto interno bruto en tales actividades, y en los últimos 50 años en EEUU se han producido beneficios de hasta el 30% anual y ganancias en los mercados de valores del 80% en comparación con nuestras economías agro exportadoras con rendimientos más limitados e inestables.
Consideraciones finales
El desarrollo del pensamiento humano solo se reproduce en ciertas condiciones, la revolución neolítica fue posible gracias al establecimiento de los grupos nómadas en un espacio geográfico que garantizó la agricultura, producción pecuaria e industria textil para su sobrevivencia mediante el intercambio de destrezas, habilidades y conocimientos. Es decir, la alimentación aunado a una mayor disponibilidad de tiempo y socialización exponenció el poder de pensar, perfeccionar y crear, para el desarrollo las técnicas e instrumentos de trabajo.
Las revoluciones industriales fueron propiciadas por el desarrollo de la investigación personal, universitaria e institucional, con apoyo de las fortunas personales, del Estado y las corporaciones. En este periodo, la fuerza de trabajo humana y las maquinas expandieron la producción manufacturera en serie y se estableció la siguiente división internacional de trabajo, los países transformadores y los proveedores de materia prima.
Sin embargo durante la última oleada, el talento y la inteligencia se han constituido en los motores de desarrollo de información y conocimiento, en donde las corporaciones invierten,  para lograr réditos financieros de las innovaciones.
De acuerdo a un estudio realizado por las Universidades de Princeton y Columbia que la pobreza disminuye 13 puntos de coeficiente intelectual para un país.  Richard Lynn en su libro “Coeficiente Intelectual y riqueza de las naciones”, estableció que dicho coeficiente es un factor importante, aunque no determinante, aunque incide en la diferencia entre riquezas nacionales y tasas de crecimiento económico. Un nuevo estudio noruego estableció que una mayor educación produce un mayor coeficiente intelectual.

La experiencia entonces nos indica que aunque las recetas difieren de país a país, la lógica del proceso será estimular el elevamiento de calidad del ser humano: alimento, salud y educación, para desarrollar talento, conocimiento, innovación y riqueza. Por tanto, no hay conocimiento sin desarrollo ni crecimiento sin conocimiento.

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