Por
Mariela Monterroso
Medica y cirujana
Estudiante de la
Especialización de postgrado en Investigación científica
Escuela de posgrado
de la Facultad de Ingeniería.
Actualmente la enfermedad
por reflujo gastroesofágico alcanza proporciones epidémicas y es considerada
como la afección gastrointestinal más frecuente en Occidente. El impacto de los
síntomas repercute lo social, laboral y psicológico de la población. Se sabe que esta patología es la causa más
común de gastropatías y esofagitis en pacientes adultos.
Desde hace mucho tiempo, en
todas partes del mundo se ha debatido, si la presencia de H. Pylori, el diagnóstico
y su erradicación impacta en la evolución de la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
La asociación entre la
enfermedad por reflujo gastroesofágico y el H. pylori, es un tema sumamente
atractivo y son justamente las controversias y discusiones entre
investigadores, lo que hace que en la actualidad aun se discuta el tema.
Se han hecho cientos de
estudios que solo cuestionan los análisis y conclusiones, ya que los resultados
son contradictorios.
Por una parte, reportes apoyan
el papel protector de la H. Pylori en la enfermedad por reflujo
gastroesofágico, aludiendo a la
fisiopatología con la que ataca esta bacteria por medio de una respuesta
inflamatoria causada por contacto con el epitelio gástrico, ocasionando
vacuolización citoplasmática de las células del epitelio y desencademiento de apoptosis celular, dando
como resultado una atrofia de la mucosa fundica. Como resultado se produciría
una disminución de la producción de ácido clorhídrico y pepsina que puede
llevar incluso a una aclorhidria, haciendo este un ambiente hostil para la
bacteria, ya que la misma se reproduce en medios extremadamente ácidos.
Por otro lado, se sabe los
efectos que esta bacteria como tal, tiene sobre la mucosa gástrica, por ejemplo
el estar asociada a patologías como gastropatías crónicas, úlceras duodenales,
cáncer gástrico, entre otros.
Tomando en cuenta lo
anterior significa que al erradicar esta bacteria en un paciente con reflujo
gastroesofágico, ¿causaremos mas daño que beneficio? O simplemente nos basamos,
en H. Pylori vista, H. Pylori erradicada?
¿Empeoraremos la evolución
del reflujo haciendo que la ausencia de la bacteria cause un medio más ácido y
por lo tanto más nocivo y dañino para la mucosa? Pero, si no la erradicamos, ¿predisponemos
al paciente a mayor riesgo de enfermedades crónicas como cáncer gástrico y
úlceras pépticas?
Se sabe, que la transmisión
de esta bacteria está vinculada a deficientes
hábitos de higiene y bajos niveles socioeconómicos, entre otros. En los estudios realizados se encontraron menor número
de infectados en pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico que en
controles. En poblaciones desarrolladas, donde esta patología es mas común y
las condicionantes de la bacteria son menos prevalentes, se ha demostrado que no
es un indicador proporcional a la realidad del país.
En los países del Tercer
Mundo, esta infección ocupa uno de los primeros lugares, por su frecuencia,
entre todas las infecciones bacterianas que afectan al humano.
Otros estudios indican que a
pacientes infectados con H. Pylori sin reflujo gastroesofágico previo, han
desarrollado esta patología al erradicar la infección, y a los pacientes que si
lo padecían, empeoraron sus síntomas pépticos.
La sociedad guatemalteca,
donde es tan prevalente la infección por H. Pylori, al igual que la
persistencia de síntomas que sugieren reflujo gastroesofágico, debería existir
un tamizaje para detectar esta infección acompañada también de una gastroscopia
para evaluar daño gástrico y basarlo en el tratamiento, comparando riesgo y
beneficio en cada persona en particular.
Hace falta realizar estudios
para definir la tasa de prevalencia de la infección por Helicobacter Pylori y
sus implicaciones en la enfermedad por reflujo gastroesofágico en el país, con el
objetivo de definir el papel de la bacteria en esta afección e interrumpir la
historia natural de la progresión de la enfermedad, y así evitar complicaciones mas serias y con repercusiones
al estilo de vida.
Como lo plantea el Consenso
Europeo sobre H. Pylori, debería de erradicarse la bacteria si se evidencia
beneficio sobre riesgo.
En Guatemala se debería
erradicar en pacientes que padecen una gastritis atrófica crónica grave, o una
úlcera duodenal evidente, pues en estos casos se consideraría el beneficio
superior al posible efecto adverso sobre el reflujo.●
No hay comentarios:
Publicar un comentario